Poco a poco nos fueron arrinconando. Durante la guerra fría,
por miedo al comunismo, cuando cayó el muro de Berlín, no había enemigos y el
mundo se las prometía muy felices.
Buhs padre se frotó las manos, Gorbachov intentó salvar la unión
soviética como pudo.
Luego vino la mejor época: Clinton y Yeltsin, un obseso del
sexo y un alcohólico. No había terrorismo, ni bloques (comunista, capitalista,
socialista, etc.) Creo que el mundo nunca estuvo tan tranquilo, pero los grandes
poderes no estaban quietos, sabían que una humanidad sin peligros era peligrosa.
Se necesitan enemigos que justifiquen el control de las ideas, de la gente, el gasto armamentístico, la industria con mayor poder e influencia en Washington; y llegó Buhs hijo. Se rodeó de los halcones de la ultra derecha y se creó un enemigo nuevo, un enemigo fabricado por ellos mismos para combatir a los soviéticos en Afganistán, el radicalismo islámico de origen saudí (el wahabismo) representado por Bin Laden (el hijo de un multimillonario saudí y educado en EEUU). Lo curioso de esta historia es que Arabia Saudita es un aliado incondicional de Estados Unidos.
Se necesitan enemigos que justifiquen el control de las ideas, de la gente, el gasto armamentístico, la industria con mayor poder e influencia en Washington; y llegó Buhs hijo. Se rodeó de los halcones de la ultra derecha y se creó un enemigo nuevo, un enemigo fabricado por ellos mismos para combatir a los soviéticos en Afganistán, el radicalismo islámico de origen saudí (el wahabismo) representado por Bin Laden (el hijo de un multimillonario saudí y educado en EEUU). Lo curioso de esta historia es que Arabia Saudita es un aliado incondicional de Estados Unidos.
El primer escalón es la Primera Guerra del Golfo. Bush padre
la empieza pero, en opinión de los halcones, no la termina bien. Según otras teorías
la deja en punto muerto.
Durante el mandato de Clinton permanece en ese punto muerto y en las elecciones siguientes ocurre algo que nunca esperaron los norteamericanos: las elecciones no son claras y transparentes. Al Gore, el candidato demócrata y vicepresidente de los Estados Unidos, gana en el voto popular, pero la decisión del Tribunal Supremo respecto al affaire en el estado de Florida, dándole la victoria a Bush hijo, decidió la balanza.
Durante el mandato de Clinton permanece en ese punto muerto y en las elecciones siguientes ocurre algo que nunca esperaron los norteamericanos: las elecciones no son claras y transparentes. Al Gore, el candidato demócrata y vicepresidente de los Estados Unidos, gana en el voto popular, pero la decisión del Tribunal Supremo respecto al affaire en el estado de Florida, dándole la victoria a Bush hijo, decidió la balanza.
El resto es el ataque a las Torres Gemelas, la Cumbre de las Azores (con la presencia de Aznar, Buhs y Blair), la acusación contra Irak, la invasión del país y todo lo que llevó, Guantánamo, Abu Ibrahim (cárceles de torturas legales), la aparición del terrorismo islámico, el hundimiento de países como Siria y Libia con sus intereses petroleros, sus oleadas de refugiados, el 11 M en Madrid, los atentados de Londres, Paris, Berlín, Barcelona, etc.
Durante este tiempo se han producido elecciones y los resultados están
a la vista: procesos electorales disfrazados de democracia.
Pero ¿qué hemos dejado en este recorrido por la historia y
el tiempo? -LIBERTAD.
Es lo que hemos perdido a cambio de nada. Nos han llenado las ciudades de cámaras de seguridad, tenemos nuestra ley mordaza, se nos trata como ganado en los aeropuertos, nos han metido el miedo en el cuerpo y hemos cedido conquistas; se nos controla lo que hacemos, decimos, incluso lo que vemos.
En esta pandemia lo estamos viendo: hay unas leyes con una ambigüedad legal que deja su interpretación en manos de un agente de la autoridad pero que, en el fondo, consiste en reforzar ese control sobre la población.
Es lo que hemos perdido a cambio de nada. Nos han llenado las ciudades de cámaras de seguridad, tenemos nuestra ley mordaza, se nos trata como ganado en los aeropuertos, nos han metido el miedo en el cuerpo y hemos cedido conquistas; se nos controla lo que hacemos, decimos, incluso lo que vemos.
En esta pandemia lo estamos viendo: hay unas leyes con una ambigüedad legal que deja su interpretación en manos de un agente de la autoridad pero que, en el fondo, consiste en reforzar ese control sobre la población.
La libertad es algo que no nos han regalado, la hemos ganado
con sangre y la estamos perdiendo sin resistirnos. Cada día vamos dejando retazos
de ella, se nos controla, se nos dirige el miedo hacia enemigos creados por
ellos. Hoy es un virus, mañana no sabremos qué será, pero cuando esto acabe
habremos perdido un poco más de esa libertad.
Un día nos levantaremos y LIBERTAD
será algo del pasado, una palabra bonita en un diccionario.
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